lunes, 2 de julio de 2012

Píldora de Ilusión (XX): Echando raíces



  
Buenos días,

En la Píldora de Ilusión de este lunes os traigo una motivadora historia: la del ciclo de vida del bambú japonés.

Y me diréis que el proceso de maduración natural de una planta es algo siempre hermoso pero que ¿qué tiene de motivador? … Pues veréis: el bambú japonés es un buen espejo donde mirarnos cuando nos sentimos un poco frustrados porque todo parece ir lento, demasiado lento, no conseguimos ver resultados a corto plazo y tenemos tendencia a caer en el desánimo, a rendirnos… Pero mejor os dejo la historia…

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…
Estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

Como el bambú, nuestro éxito es el resultado de un crecimiento y desarrollo interno y éste requiere su tiempo.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
... No es que no suceda nada “ahora” 
Quizá sólo estés echando raíces.




13 comentarios:

  1. Me gusta mucho este post! la verdad es que el ejemplo del bambú es muy motivador porque cómo muy bien dice el dicho "quien espera desespera". Pues nada,ánimo a todos y todas, no caer en la desesperanza, que si estas preparado y saber jugar bien, en algún momento se acabará la mala racha y te entraran buenas cartas...

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué bonito! Me ha gustado mucho. Gracias por compartilo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Jose, sabía que te iba a gustar a ti que eres gran amante de la naturaleza...
    Te acuerdas del bosque de bambú de Bali? Impresionante...y más cuando conoces la historia.

    ResponderEliminar
  4. Vero, ¿a qué es una bonita historia?
    Pues eso, que las cosas más bonitas son lentas...así que mejor ir echando raíces, lo más fuertes posibles.
    Gracias

    ResponderEliminar
  5. Si es una bonita historia. Para poder crecer hace falta primerotener una buena base de raíces, eso es lo que pasó con el famoso crecimiento económico español, eramos un árbol muy alto con muy poca base y en cuanto vino una tormenta... ¿serán los políticos capaces de promover, ayudar y mantener proyectos que generan tejido social y empresarial pero que tardan en crecer más de cuatro años? ¿no han recortado, de lo primero, las subvenciones a I+D?

    ResponderEliminar
  6. Gracias Jota,

    Estoy de acuerdo. Es como lo que está pasando ahora, es necesario invertir en "crecimiento", sembrar para el futuro...no sólo recortar.
    A mí también me parece inquietante los recortes en I+D. Esperemos que recapaciten.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Gracias Jota,

    Estoy de acuerdo. Es como lo que está pasando ahora, es necesario invertir en "crecimiento", sembrar para el futuro...no sólo recortar.
    A mí también me parece inquietante los recortes en I+D. Esperemos que recapaciten.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Preciosa historia, poco apta pero muy recomendable para impacientes como yo ;)

    ResponderEliminar
  9. Hola Elsa, ¡me ha encantado! Llevo un par de semanas algo desanimada y tu píldora de ilusión me ha hecho sonreír. Ojalá estés en lo cierto, ya que con el panorama actual a veces cuesta mucho ver el lado positivo y te preguntas si lo que estás haciendo merece la pena. Casi he estado a punto de abandonar mi blog... con eso te lo digo todo. Pero volveré con fuerzas renovadas, espero que tú también sigas escribiendo y manteniendo la ilusión. Con estas píldoras seguro que sí ;)

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Gracias Dasa
    Por eso la publico: porque es perfecta para impacientes como yo misma. La autora del blog se tiene que tomar su propia medicación a base de estas Píldoras de vez en cuando:-)

    ResponderEliminar
  11. Hola María,

    Qué alegría verte por aquí y escribirnos en más de 140 caracteres;-)
    Bienvenida!

    Si este humilde post te ha suscitado una sonrisa, misión cumplida! Ese es el objetivo de estas Píldoras de Ilusión: motivarnos, ilusionarnos...a todos, incluida a mí misma muchas veces.

    Es una historia preciosa y es verdad que si la aplicamos a nuestra situación particular nos puede dar visos de esperanza y ánimo para continuar luchando. Estamos sembrando, echando raíces... hay que pensar así para no decaer.

    Y en cuanto a dejar tu blog, ni se te ocurra, ya sabes que yo soy tu seguidora y lo necesito!.

    A ver cuándo nos "desvirtualizamos" y tomamos ese café.

    Ánimo

    ResponderEliminar
  12. Hola Elsa.
    Conocía la historia del bambú pero ha sido un gusto recordarla hoy.
    La paciencia es una virtud poco valorada en este acelerado mundo en el que vivimos, y sin embargo resulta cada vez más necesaria.

    Gracias por tu post.

    ResponderEliminar
  13. ¡Hola Nacho!

    Al igual que le digo a María me alegro mucho verte por la blogosfera donde tenemos más de 140 caracteres para expresarnos;-))

    A mí esta historia me encanta y me vendría bien releerla muchas veces para entrenar esa competencia: la paciencia que no es precisamente mi fuerte.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Tu opinión es importante. Compártela con nosotros!

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...